El neoyorquino Jaron Lanier, un adelantado de la informática y artista polifacético, ha publicado recientemente un libro con el título “Contra el rebaño informático”, donde viene a manifestar su decepción ante el hecho de que el desembarco universal en la red ha conllevado una primacía de los contenidos banales, un acopio de basura digital frente a un tratamiento docto y profundo de cualquier tema o concepto, acallado por el griterío de la desinformación.
Sin duda no le falta razón. Porque quien más, quien menos, todos tenemos nuestro “blog”, nuestro muro o nuestro foro donde volcamos opiniones la mayoría de la veces gratuitas y con escaso fundamento.
Pero en mi opinión hay algo aún mucho peor. Y es esa costumbre, ya extendida, de esconderse tras un “nick” anónimo para verter insultos, injurias y adjetivos que deberían hacer enrojecer de vergüenza ajena a cualquier persona sensata y equilibrada. Especialmente en foros de opinión, tanto deportivos, como políticos o de cualquier otra naturaleza. Y lo triste es que una forma de comportamiento que cala entre los más jóvenes. Pero en este mundo, cuya primera manifestación cultural a nivel popular se centra en la telebasura, no hay administradores que pongan el cascabel al gato y establezcan limitaciones de participación y sobre todo de contenidos.
Así nos va y lo que es más preocupante, peor nos irá en un futuro muy cercano.